Antiguo faro de San Sebastián. Foto: Archivo Histórico Municipal de Cádiz |
Este fardo es bueno. Pero bueno de verdad. La marea lo ha arrojado a la orilla, a pesar de que hoy traía pocos grados, setenta y siete de coeficiente y la luna empezó a crecer el viernes. Pocos grados y poca luna. ¡Ruinazo para la pesca!; ya puedes llevar la carná que lleves: miñoca, cigalita o la tita... que lo mejor es hacerle caso al refrán: coger la caña y quitarte del medio. Como hacía Pericón, un enorme aficionado a la pesca, cuya actividad legó anécdotas de mucha gracia, de cuando pescaba con Chiclanita y su negativa a quitarle quilos al robalo (los cursiles hoy le llaman lubina), como réplica al faro fenicio (para más embustera seña, encendido) que su amigo José, el larguísimo cantaor chiclanero, pescó.
Cádiz. Carta náutica de 1762 |
Cuentan los caleteros que hoy vieron el fardo a la altura del Muelle del Socorro, antiguo embarcadero de sillarejo, al lado del Puente Canal, que en el reciente 2010 estuvo a punto de ser reutilizado con la misma función. Menos mal que no. Todo para que un catamarán, repletito de turistas, trajera "prosperidad" a los fastos de este Bicentenario que ya apaga sus pobrísimas (ya deja la RAE decirlo) luces. ¡Qué bonito! Si no fuera porque a cambio, el precio que íbamos a pagar todos los gaditanos hubiese sido dragar 8.000 metros cuadrados de roca. Roca que sostiene un castillo declarado BIC (Bien de Interés Cultural) y afectando a zonas de un alto valor medioambiental, como la Laja del Norte o de los Jureles, La Albujera Alta, la Laja del Medio, la Boca Grande o la Boca Chica (1). Y todo sin perder de vista que desde el primer tercio del siglo XVIII (como apunta Juan Antonio Fierro) ya hay constancia en las Actas Capitulares gaditanas de las quejas que, entonces, se elevaban al Gobernador, por el enorme perjuicio que ocasionaba la extracción de piedras en aquel paraje, en los años 1722, 1723, 1737 y 1794. Mentalidad de los gobernantes del setecientos que contrasta con la de los actuales. El mundo al revés. Ecología en el siglo XVIII y despilfarro insensible, casi trescientos años después.
Pues allí, hoy, justo donde se iba a hacer una animalada irreparable, que por suerte no se ejecutó, gracias a la reacción ciudadana, fue visto este fardo solitario. Flotaba a regañadientes, pero una corriente del NW en dirección SE lo fue derivando hasta la altura de la Piedra Redonda, en donde quedó depositado en la arena, cerca de la Puerta de la Caleta.
Abrimos expectante su contenido y nos encontramos con la valiosísima noticia de que el señor Miguel Álvarez y la señora María de la Paz, bailaron en el Teatro Principal de Cádiz, el Jaleo de la Solitaria, o sea, como bien dice Faustino Núñez, el antecedente de la soleá y uno de los muchos jaleos que nutrieron y definieron luego el cosmos soleaero. Y creo también —desmientaseme si no— que estamos ante una aparición muy temprana (1829), dieciséis años antes de que el gaditano Luis Alonso lo bailase en 1845 en el Teatro del Balón de Cádiz, según anterior y feliz hallazgo de Faustino Núñez:
Buen fardo. Ya lo avisamos. No importa que trajera escaramujos adosados y lapas pegadas al manuscrito. Por si fuera poca valía, trae también la noticia de la escenificación de un sainete: El Domingo de piñata en el Barrio de Santa María (2), en el que después de romperse la piñata (que para eso era enero y para eso estaban en Cádiz), se bailó un zapateado, a cargo del señor Romero y del fricase señor Juan Rodríguez.
Un amanuense, pulcro y de exquisita caligrafía, ya sentado en los Tres Puentes, transcribió paciente la noticia, dando fe de su flamenquito contenido:
"TEATRO PRINCIPAL. = Función particular á beneficio del Sr. José Ponce, segundo bolero. = Un delito sobre otro en la quinta de Paluzzi, ó los asesinos de Florencia (melodramas en tres actos). = Entre el acto primero y el segundo bailará el baile inglés el Sr. Miguel Álvarez, aficionado. Después del acto segundo bailarán el jaleo de la Solitaria el dicho Sr. Álvarez y la Sra. María de la Paz, también aficionada. = Los marusiños zelosos (tonadilla). = Los quintos imperfectos ó el sargento Marcos Bomba (baile pantomímico). = El Domingo de Piñata en el barrio de Santa María (sainete en el que después de romperse la piñata, bailarán el zapateado el Sr. Romero, y el fricase el Sr. Juan Rodríguez y un aficionado, concluyendo el todo con la Montañesa de Burgos que bailarán los citados Sra. María de la Paz y Sr. Álvarez). = A las 7."
Diario Mercantil, 30 de enero de 1829 |
(1) Para un conocimiento del entorno paisajístico y marino de La Caleta, con un estudio toponímico de sus piedras, véase la obra imprescindible: FIERRO CUBIELLA, Juan Antonio, La Caleta de Cádiz, Cádiz: El Autor, 1986 (Jerez: Gráficas del exportador).
(2) Para que después le nieguen al barrio de Santa María su importancia en las Carnestolendas de Cádiz.
Ole Javier, peaso fardo has encontrao colega. Felisidade a tos nojotro (no está en la RAE). Un abrazo
ResponderEliminarArte Faustino. Como verás, he tratado de enlazar a tu blog, pero creo que es obvio que soy un gran nadador australiano, o sea: ¡I´am Torpe! Intentaré progresar adecuadamente. Muchas gracias.
EliminarUn abrazo y flamenquita Navidad.
Peazo de fardo................ cuasi como el de Sanlucar de la semana pasada. :) Y la Montañesa de Burgos.......... que se volvió cante por mor de los flamencos. ¡Ole!
ResponderEliminarGracias, Antonio. Bonita la montañesa que grabaste tú con Carmen de la Jara. Un abrazo y flamenquitas navidades también para ti.
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