De Camarón se ha escrito casi todo. La dimensión sociológica de su figura es de tal magnitud, que está por venir mucha más literatura sobre él; más biografías, aún más tesis doctorales y exquisitas reediciones discográficas, a través de las cuáles todos seguiremos disfrutándole y oyéndole, porque cada día "canta mejor". ¿Verdad, Gamboa?
Un jovencísimo Camarón, cantando en los concursos de Radio Cádiz, EAJ-59 (heredera de EAJ-3), la tercera emisora de radio, tras Madrid y Barcelona |
Miguel Borrull y Camarón |
Su faceta menos conocida es la menos estudiada: su participación en el Carnaval como componente de una chirigota, circunstancia que dimos a conocer a través de un trabajo, hace ya algunos años (1).
Camarón de la Isla (segundo por la izquierda) cantando con la chirigota "Currillo y sus churumbeles" (1962) en el Teatro de las Cortes |
Camarón templando nervios antes de actuar con la chirigota |
José era un chiquillo. Once años; once añitos y "un viejo" en la barriga. En unión de otros callejoleros de su barrio y alrededores, salió de componente en la chirigota "Currillo y sus churumbeles". Discurría el año 1962, el mismo en el que José Monge, poco después de las carnestolendas isleñas, ganara en el festival cordobés de Montilla el Primer Premio de cante (2).
Hacía poco que el Papa Juan XXIII había excomulgado a Fidel Castro y Kennedy bloqueaba económicamente a los cubanos, al tiempo que incrementaba la vergonzosa ayuda militar a Vietnam del Sur para enfrentarse al Vietcong... Pero en la España franquista, una Isla y toda su Bahía estaba de fiesta.
Veamos la instancia oficial, no mostrada en aquel trabajo por falta de espacio:
Hacía poco que el Papa Juan XXIII había excomulgado a Fidel Castro y Kennedy bloqueaba económicamente a los cubanos, al tiempo que incrementaba la vergonzosa ayuda militar a Vietnam del Sur para enfrentarse al Vietcong... Pero en la España franquista, una Isla y toda su Bahía estaba de fiesta.
Veamos la instancia oficial, no mostrada en aquel trabajo por falta de espacio:
Archivo Histórico Municipal de San Fernando |
Ése "devido (sic) respeto y subordinación"; ésa sumisión lingüística a la que tuvo que verse sometido Fernando Huerta Piñero, el veterano director de la chirigota de Camarón, no era más que el reflejo de la dictadura franquista, cuya fiesta de Carnaval tenía prohibida; mas dada la permisividad que el régimen tuvo con la capital gaditana desde 1949, permitiéndole un festejo ultra controlado, decide en 1962 concederle a San Fernando un sucedáneo de Carnaval, similar al de Cádiz (las Fiestas Típicas Gaditanas), llamado Fiestas Típicas Isleñas, con idéntica vigilancia férrea y estricto control gubernativo.
La censura no se cortaba un pelo con los repertorios. El lápiz rojo planeaba sobre cualquier alusión que atentase a la moral nacional-catolicista. La más mínima mención política pasaba factura (y de las gordas). Cualquiera podía irse de la mojarra, en un sentido u otro; y antes que en la aurora de los esteros (a los que cantó Fernando Villalón) cantase un gallo, ya tenía el Inspector Jefe de la policía una denuncia entre los papeles de su despacho. Denuncia que, en menos que ése mismo gallo siguiera cantando, la tenía el Presidente de la Comisión de Fiesta y el alcalde de San Fernando en su despacho. Alcalde franquista, claro está.
La que sigue es la denuncia que recibió la chirigota "Los marisqueros", concursantes rivales de la agrupación de José Monge Cruz:
Archivo Histórico Municipal de San Fernando |
"Currillo y sus churumbeles" no obtuvo premio alguno. Ni falta que hacía. La vida se encargó de premiarnos luego —y de qué forma— con su cante. Algunos años después, una constelación de admiradores siguieron con devoción al genio de La Isla: Mick Jagger, Prince, Peter Gabriel, Michael Jackson, Bono, Quincy Jones, Milesd Davis, Milton Nascimento, David Byrne...; una legión de gitanas le arrimaban a su niño malito para que José lo sanase; miles de gitanos lucieron su pelo "a lo Camarón", vistieron como él, se tatuaron su mano izquierda con la estrella y la luna cuarto creciente; marcaron el compás ahuecando y acariciándose ambas manos, como hacía él... Pero esa historia la conocen ustedes perfectamente.
1973. Dos Josés irrepetibles: El Peña (con la llave del castillo de Don Mendo) y Camarón, muerto de risa con las ocurrencias del anterior |
_________________________
(1) OSUNA GARCÍA, Javier, Cádiz, cuna de dos cantes, capítulo Currillo y sus churumbeles, Cádiz: Quorum Editores, 2002 (Págs. 255-264).
(2) GAMBOA, José Manuel y NÚÑEZ, Faustino, Camarón, vida y obra, Madrid: SGAE, 2003.
Mil gracias Javier por tantos datos, tanta historia que das a conocer y tanta sapiencia que el destino te ha dado y tú nos regala gratuitamente.
ResponderEliminarGracias a ti, Juan y perdona que te conteste tan tarde (ahora es cuando te he leído).
Eliminar