Todas las mozas de Cádiz
se asoman a la azotea
a ver pasar por la calle
al valiente Salvochea. (1)
Cuatro versos octosílabos. No hacen falta más. Cuatro versos y el universo condensado. No se puede decir más. Ni resumir mejor la fascinación que el líder anarquista irradiaba en su localidad natal. Francisco Rodríguez Marín la recogía en 1882 en sus Cantos populares españoles. Entónela con la musicalidad soleaera de Paquirri Guanter, de Enrique el Mellizo, o de cualquiera de los (muchos) Ortega y estaremos ante el pensamiento político en el cante flamenco, como Ortiz Nuevo lo definió:
de subir a la azotea
por ver si veo pasar
al valiente Salvochea. (2)
Las mozas de Cádiz en la azotea, coronada por la torre vigía de sillón |
Pedro Vallina (1879-1970), el médico amigo de Fermín Salvochea, infatigable luchador contra la monarquía, había escuchado la copla en su infancia, como así lo relató en su célebre libro sobre el anarquista. Libro del que se acaba de hacer una magnífica reedición, con un estudio preliminar del historiador José Luis Gutiérrez Molina (3).
¿Estamos ante una copla flamenca? Puede ser. ¿Quizá ante una copla del Carnaval gaditano? También es factible. Bastante, además. No obstante, me inclino por lo primero.
En el Archivo Histórico Municipal dimos con la que sigue, de 1891, perteneciente al coro "Los pollos de la Higlid Tang la Alegría":
El día primero de mayo
un discurso pronunsió (sic)
el selebre (sic) Salvochea
cuando la manifestasión (sic).
Unos bibas entusiastas (sic)
aplausos atronadores
luego después para nada
ni jornada ni jornales.
La letra está presentada ante el ayuntamiento en febrero de 1891, lo cual significa que —forzosamente— se está refiriendo a mayo de 1890. Seguro que algún historiador erudito, conocedor de la biografía del anarquista —por ejemplo, Santiago Moreno Tello—, en breve la estudiará y nos la contextualizará (4).
Para conocer el reflejo de la figura de Fermín Salvochea en las coplas, conviene consultar el estudio del primer compilador, Ignacio Moreno Aparicio (5) y el trabajo posterior de Eugenio Mariscal (6).
En un libro que conmemoró los ciento dos años de su fallecimiento, escribíamos que un buen día, sin buscarla, tropezamos con la partida de casamiento del padre del anarquista, un 21 de abril de 1841, cuando doña María del Pilar Álvarez y Fermín Salvochea, avecindados en el número 62 de la calle de la Torre, se desposaban en la parroquia de San Antonio; su madre con apenas veintiuna primaveras, y su padre con veintinueve... y con la presencia de los abuelos del eminente insurrecto, con la estela de su sangre navarra, asidonense y gaditana: Casimiro Salvochea, Elena María Ferró, José Álvarez y María de la Paz Benito.
Poco tiempo después nacería un hombre al que los pintores inmortalizaron con el rostro afilado como una pintura de El Greco y gafas circulares —espejuelos se le decía en su tiempo— mucho antes que otro rebelde llamado John Lennon las inmortalizara (7).
Libro Registro de Matrimonios L-6 Archivo Histórico Municipal de Cádiz |
Tras el alzamiento de La Gloriosa, el periódico La República Federal de 3 de marzo de 1869 anunciaba el prestigioso gabinete fotográfico de Nal y Chicano, del número 12 de la calle Ancha, sus trabajos fotográficos, sacados directamente del natural, con las vistas de la plaza de San Juan de Dios y el retrato del famoso anaquista:
La República Federal, 4 de marzo de 1869 |
Quede constancia también de la soleá de tres versos, compilada por Antonio Machado Demófilo, en su Colección de cantes flamencos, de 1881, con motivo del establecimiento de los cantones:
Er día e las barricás
Era un dolosito, mare,
Ber los gachés currelá. (8)
(1) RODRÍGUEZ MARÍN, Francisco, Cantos populares españoles; edición e introducción de Enrique Baltanás, Sevilla: Renacimiento, 2005 (Pág. 39).
(2) ORTIZ NUEVO, José Luis, Pensamiento político en el cante flamenco (antología de textos desde los orígenes a 1936), Barcelona: Editoriales andaluzas unidas, 1985 (Pág. 92).
(3) VALLINA, Pedro, Fermín Salvochea, crónica de un revolucionario; edición de José Luis Gutiérrez Molina, Sevilla: Renacimiento, 2012 (Pág. 135).
(4) MORENO TELLO, Santiago, En boca del pueblo: la reivindicación perdida sobre Salvochea en el Carnaval, en Fermín Salvochea (1842-1907) Historia de un Internacionalista, Cádiz: Diputación de Cádiz, 2009 (Pág. 102).
(5) MORENO APARICIO, Ignacio, Aproximación histórica a Fermín Salvochea, Cádiz: Diputación de Cádiz, 1982.
(6) MARISCAL CARLOS, Eugenio, Fermín Salvochea en las letras del Carnaval, Cádiz: Aula de Cultura del Carnaval de Cádiz, 1997.
(7) VVAA, 102 razones para recordar a Salvochea, Cádiz: Asociación de amigos de Fermín Salvochea, 2009 (Pág. 165).
(8) MACHADO Y ÁLVAREZ, Antonio, Colección de cantes flamencos, recogidos y anotados por Antonio Machado y Álvarez "Demófilo". Edición, introducción y notas de Enrique Baltanás, Sevilla: Portada Editorial, 1996 (pág. 113).
D. Fermín Salvochea, estupendo Alcalde de Cádiz.
ResponderEliminarJavier, ¿es cierto que a él se debe el popular dicho:
"Llueve más que cuando enterraron a "Bigotes"?
En alusión por los generosos "mostachos" que lucía. El día que murió diluvió en Cádiz, creo.
Si me lo puedes confirmar, lo añadiré a mi colección de "Curiosidades".
Gracias.
Parece ser, pero como la gran mayoría de atribuciones, son de difícil demostración. Sucede, además, que Salvochea fue un líder sobre el que se construyeron muchas leyendas, incluso en vida. Un saludo.
EliminarSi "me se" permite la intromisión. Hasta donde se sabe, Salvochea desde su aparición en la escena pública, es decir, siendo muy joven, siempre llevó barba. Así lo demuestran los distintos retratos, fotografías o descripciones literarias de la época. Tengo un amigo que es de la opinión de que dicha frase puede que sea de otra personalidad política del Cádiz de aquellos años. Uno de enorme mostacho. Pero está, dicha idea, por estudiar... A mi no me parece mala.
ResponderEliminarGracias Santi. "Te se" permite, y más a ti. A lo de "otra personalidad política del Cádiz de aquellos años" yo añadiría "en cuyo entierro llovió mucho" porque si no, la frase no se hubiera construido (creo). Bueno, Maricarmen, has tenido suerte y te ha contestado un erudito sobre Salvochea. La verdad es que cuando se acuña una frase con una supuesta base real o se apunta una hipótesis del origen de algo, con una explicación más o menos verosímil, está claro que al final, siempre termina adscrito a distintos puntos geográficos. En ese sentido, "el barco del arroz" y el origen de la tapa "con el chato de vino y la loncha tapando", lo he leído atribuido a 70 sitios distintos.
EliminarAhí lo tienes Javi. La personalidad en cuestión tuvo un mostacho del tamaño de una telera de las de Vejé, pero no se si el dia de su entierro llovió a mares, como ocurrió con el de Salvochea.
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