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viernes, 1 de agosto de 2014

Don Antonio Chacón (II). Banqueros y tabanqueros a sus pies. Notas nuevas (a José Blas Vega)



En toda la historia flamenca no ha habido una excepción más clara en el tratamiento de respeto hacia la figura de un artista que la de Don Antonio Chacón. Duques y marqueses, barones varones y excelsas baronesas; señoritos de toda ralea, braceros de piel curtida, limpiabotas de barrio; diputados con levita, condecoradísimos generales, prostitutas que escondían su oficio y condes que organizaban juergas en condados y vizcondados de cuartos reservados. Eminentes bodegueros, manijeros y gañanes; aficionados anónimos, humildes y poderosos: banqueros y tabanqueros... Todos le hablaron "de usted". Todos le tributaron y devolvieron la grandeza y el respeto que él le dio a la vida y que exigió para el arte flamenco, para sí y para los demás. Y todo sucedió en una época en la que dicho tratamiento estaba escrupulosamente reservado a personas muy concretas de prominente rango social.


Chacón triunfando en Buenos Aires

Hacia 1887, lo escuchó cantar el tenor Julián Gayarre y supo que estaba ante una garganta privilegiada: "Muchacho, si tú quieres, yo te llevo a Milán y te costeo los estudios para tenor. ¡Tienes una voz que parte un tono en cuatro!" No es fácil que una primera figura del bel canto te diga eso. A él se lo dijeron.


Las últimas investigaciones sobre su figura, realizadas a cabo por el crítico e investigador, Manuel Bohórquez (demostrando altura intelectual, al haberle dedicado en vida su hallazgo y respetado su condición de biógrafo) apuntan de manera diáfana a esclarecer algunos de los escasos enigmas que presentaba su espléndida biografía, elaborada por el maestro José Blas Vega (1), como por ejemplo que Chacón no era hijo de padres desconocidos, sino, hijo ilegítimo y que tuvo, por línea materna, diez hermanos. Aquí la investigación de Bohórquez, coincidente con el estudio llevado a cabo por el genealogista e investigador José Manuel Barbadillodon Antonio Chacón García, fue hijo adulterino, de dos personas que se amaron, a pesar de sus respectivos matrimonios: Antonio Chacón Rodríguez, natural de Bornos (Cádiz) y la jerezana María García Sánchez.



El flamenco acusa una estúpida y esperpéntica dualidad que trata de ensombrecer toda fuente de luz artística, alimentada todavía por algún sector interesado en la dicotomía, y en la división ridícula y racista que, a toda costa, se quiere hacer entre 'lo gitano' y 'lo gaché'. Es decir, entre lo que es y lo que no es gitano. Gachégachó, gachí, agachonao..., eran las voces (en ocasiones, un tanto despectivas, dependiendo de su contexto de uso) utilizadas en las comunidades que habitaban las gitanerías de la Baja Andalucía, de Jerez, Sevilla, Cádiz... para designar a aquellos que no lo eran.

                  ¡Blanquita como la nieve!

                  ¡qué lástima de gachí,
                  que otro gachó se la lleve! (2)

La voz payo-paya, de escasísimo uso en Andalucía, aunque hoy, cierto que más extendida, proviene de la lengua romaní, más propia de gitanos extremeños, del Levante español y de las dos Castillas; de la mima manera que la denominación: "castellanos nuevos" antiguamente designaba a aquellos gitanos que en siglos anteriores sufrieron las pragmáticas de los diferentes reyes del Reyno Español.



Tinta y témpera sobre cartulina,
70x50, 1989. Manuel Martín Morgado
Pues bien. Nada más apropiado para nutrir la falacia que crear una corriente desfavorable que desprestigie el curso natural, favorable y caudaloso. Y aquí lo acientífico y lo que es más peligroso: el racismo de creerse mejor que tu semejante. Los siglos anteriores vieron aparecer la perniciosa gitanofobia y ésta engendró otra, igual de imbécil e igual de carajota: la gachofobia, no sé cuál más grotesca; no sé cuál más estrafalaria; no tengo muy claro cuál más nociva. Ambas dignas de que el profesor Steffano Castillo las incorpore a su trabajo: Estudio de las fobias humanas y su relevancia en la sociedad actual. Porque toda fobia responde por definición a miedos y hay prejuicios, evaluaciones previas y expectativas anticipadas ante algo concreto. Y conclusiones muy erróneas, claro.


José Blas Vega
Y la corriente más gachofóbica, a la que sucumbieron algunos intelectuales de renombrón, se encargó de presentarnos a toda una figura titánica, incontestable para el arte flamenco, como don Antonio Chacón, como presunta figurita irrelevante que cantaba 'gracioso', con voz laína.



Pero llegó la luz, entre tanta tiniebla injusta, pseudointelectual, y apareció una biografía, basada en el método y en haber acudido a las fuentes primigenias que vino a colocar, en función de los testimonios documentales, a este descomunal artista en su justa e histórica medida: en la cumbre y cima de la Edad de Oro del flamenco. Todo (no se olvide nunca) gracias a un bibliófilo, dueño de una prestigiosa librería de antiguo (Librería del Prado), que había dedicado su vida entera a la investigación, con un olfato intuitivo agudo, con argumentos de peso y con absoluta honestidad literaria: José Blas Vega, Padre de la moderna flamencología y azogue en el cual mirarse, para varias generaciones.


Enrique el Mellizo
Ya se ha contado en este blog el papel tan determinante que ejerció la ciudad de Cádiz en la carrera de don Antonio Chacón, el cual sentía una admiración, rayana en la devoción, por las figuras artísticas gaditanas que le precedieron, de la segunda mitad del siglo XIX, a las que consideraba, junto a Silverio Franconetti, una Escuela de innegable maestría: su padrino y consejero, Enrique el Mellizo; su hermano Mangoli, el bailaor; Curro Dulce y los Ortega.; de tocaores los maestros Patiño y Tapias.


Don Antonio Chacón, próximo a los sesenta años, en uno
de sus últimos retratos de Campúa. Revista Nuevo Mundo


El periodista Juan Ferragut conversa con don Antonio Chacón. Foto: Campúa


Caseta  de la Velada de Nuestra Señora de los Ángeles

De esta forma lo contó el propio Chacón, con la perspectiva de su memoria, con 53 años de edad ya cumplidos y en el contexto de 1922, año del célebre Concurso de Granada, a los periodistas Agustín López Galerín, y Luis Bagaría, respectivamente. A los dos entrevistadores les rememoró su debut en Cádiz, en la Velada de Los Ángeles, la Velada del Perejil, en los cafés cantantes que se instalaban allí (3), donde fue contratado por recomendación de Enrique el Mellizo, que asimismo y en unión de otros cantaores, como Enrique Ortega —tío de Caracol el del Bulto y abuelo de Manolo Caracol— estaban contratados en dicho café y, a la sazón, eran los mejores cantaores del momento, así como los tocaores de mayor línea maestra. Dejemos que sea el propio Chacón el que lo refiera:


La Velada de los Ángeles en 1871. La Ilustración Española y Americana


"Allí cantaba por seguiriyas Enrique Ortega, tío padre de ese niño Caracolito y El Mellizo (...) los mejores que había en aquella época. Ya ve usted cómo cantarían, que yo, al verlos en el café cantante, dije a mi tocaor, el maestro Patiño: yo no canto por seguiriyas. Me da vergüenza. Y entonces, qué quieres cantar, "armamía"?... Tóqueme por malagueñas y canté por ese cante que no sabía bien y me aplaudieron mucho." (4)



"Yo la primera vez que canté fue en Cádiz, el año 86, en la feria del Perejil. Iba a cantar seguiriyas, y cuando ya me había sentado al lado del gran Patiño vi entrar a Enrique el Mellizo y a su hermano Mangoli con varios aficionados inteligentes y, la verdad, me dio miedo cantar por seguiriyas y canté malagueñas. Se puede decir que de allí arranca mi personalidad. Aquellos aplausos me llevaron a crear varios estilos de malagueñas. Silverio oyó hablar de mí, me conoció y me llevó el año 87 a Sevilla, a su célebre café." (5)




En sus palabras —recordemos que están expresadas en 1922, sólo con once días de diferencia entre una y otra— hay una evidente nostalgia de cómo se cantaba en tiempos pretéritos, con la omnipresente sensación de que antes se hacía mejor; un discurso que, por otra parte, nunca ha abandonado a los flamencos. Junto a su gran maestro Enrique el Mellizo, que le proporcionó uno de sus primeros contactos siguiriyeros, así como el amplio universo de la malagueña, Chacón se acuerda de Silverio Franconetti y le da su sitio prominente, como también se lo da a los gaditanos Curro Dulce y a Paquirri Guanter, como modelo paradigmático y matriz de seguiriya (en el caso de Curro) y de soleá (en el de Paquirri); y en ambos ejemplos por la dificultad de su ejecución y la belleza de su melodía, técnica y virtuosismo. Chacón recuperaría el cante siguiriyero de Curro Dulce

           Ay, ay //

           y era una madrugá 
           de Santiago y Santa Ana // Santa Ana 
           ay, ay, a eso de la una 
           las fatiguitas grandes le diñaron
           ay, a mi madre Curra.

Sería otro jerezano, Manuel Torre, el que luego se inspiraría en Dulce: Eran los días señalaítos / de Santiago y Santa Ana. Volvamos a don Antonio Chacón:


"(...) Cada día me explico menos (no hoy, que soy viejo, sino cuando era joven, igual) por qué se ha perdido el recuerdo del hermoso cante por seguiriyas de Curro Dulce, y, en general, todo el cante de Silverio Franconetti, como no sea por el temor a no poder vencer las grandes dificultades que tenían los cantes del uno y del otro. ¿Qué me dice usted de aquella serranas y aquellas cabales de Silverio, y aquellas soleares de Paquirri?" (6)


Antonio Chacón y Ramón Montoya, una perfecta compenetración artística,
muy similar a la que, andando el tiempo, conocimos con Camarón y Paco de Lucía


Chacón visto por Vázquez de Sola
Sin embargo, hay una respuesta en la entrevista al caricaturista catalán, Luis Bagaría que nunca he visto que se haya enfatizado sobre ella, y que, sin embargo a nosotros nos llama particularmente la atención, toda vez que Chacón, sin perder un ápice de admiración por Enrique el Mellizo, le censura (desde el respeto) que éste se dejara influenciar por la corriente malagueñera, sucumbiendo a la tendencia, al gusto y a la moda de la época. Y nos sorprende por partida doble, pero sobre todo porque Chacón hizo lo mismo, y tras Enrique el Mellizo y al mismo tiempo que su coetáneo Fosforito de Cádiz, transformaron y dignificaron luego un cante, con la estructura de fandango de Málaga, divulgado por Juan Breva, El Canario, y otros, pero que con la alquimia de los anteriores —y con la suya, pues creó varios estilos de malagueñas— se hizo luego un bello cante, sobrio, flamenquísimo y de exquisitas melodías para una misma estructura de versos:

"A mi entender, la causa principal de la decadencia fue el gran éxito de Juan Breva con sus malagueñas. El público se deslumbró y se fue tras él, y olvidó con ingratitud los cantes pasados. Eso sí: para mí Juan Breva, dentro de su plano, tenía mucho mérito. Vino luego El Canario, que con su cante delicioso apartó aún más al público de la idea del cante gitano. Y, por si faltaba algo, el exquisito cantaor Enrique el Mellizo, aun sabiendo cantar muy seriamente por seguiriyas y de una manera admirable por soleares, se metió de lleno en las malagueñas, y aunque las cantó como yo no las he oído a nadie, abandonó el arte puro y se entregó a los gustos de la época." (7)

Curiosa, cuando menos, la respuesta de quien hizo —había hecho ya en el año 22— de la malagueña, toda una monumental cátedra, como luego así, parafraseando a Sebastián Souvirón, lo explicaba su biógrafo: "fue la encarnación de la teoría del cante por malagueñas" (8). Más adelante veremos cómo un periodista gaditano, a propósito de una actuación suya en Cádiz, fechada en 1903, escribió de él: "(...) notable y sin rival Antonio Chacón, cuyas malagueñas no se ha cansado de aplaudir las tres cuartas partes del mundo que lleva recorridas."





Gracias también a su testimonio, conocemos que el arte flamenco decimonónico era ya motivo de encendidas discusiones; así como el cachet artístico que tenían, maestro y discípulo, en el siglo XIX, Chacón mucho menos que Enrique el Mellizo; acorde, claro, con el "niño" que, entonces, estaba empezando:


"¿Se discutía de cante?

Una cosa horrible. Subíamos al tablao Enrique el Mellizo, que ganaba ochenta pesetas por noche, con su tocador el maestro Tapia, y yo, que ganaba siete pesetas, con el maestro Patiño. Cantaba él una copla de seguiriya y luego yo una malagueña. Las discusiones duraban un rato y volvía él de nuevo, y otra vez el niño, como a mí me decían. " (9)

Una tercera entrevista suya, apareció publicada en la revista Nuevo Mundo, el 13 de agosto de 1926, cuyo contenido —así como las fotografías interiores— ya fue usado en el aparato crítico de la biografía de Blas Vega. Está realizada por Juan Ferragut, pseudónimo de Julián Fernández Piñero y en ella, el artista jerezano narra cómo y en qué contexto se produjo su encuentro con El Mellizo, en un día tan señalaíto (que para eso era "de Santiago y Santa Ana"):


"El día de Santiago se celebró en Jerez una corrida de toros, que mataron Hermosilla y Felipe García. Aquél convidó al día siguiente á las cuadrillas á una comida, y á los postres se organizó la juerga de rigor... Aquella noche canté yo, y me oyeron Joaquín Laserna y Enrique el Mellizo, que eran de los mejores artistas de entonces... El Mellizo habló mucho de mí, y me llevaron a Cádiz á un café cantante donde aquél iba contratado. Yo ganaba siete pesetas y el Mellizo una onza; pero el público le dio por ponernos en competencia, y logré un gran éxito. Entonces Silverio me hizo un contrato para Sevilla, y desde esa fecha —hace cuarenta años— no he dejado de cantar." (10)


Diario de Cádiz, 12 de febrero de 1881
Pero su primer contacto con Cádiz se había producido antes. A mediados de los años 80 del siglo XIX, don Antonio Chacón es contratado, según su propia declaración, en el Teatro-Café la Infantil, sito en el número 2 de la planta baja de la Plaza de las Flores. Este local ofrecía, fundamentalmente, funciones para niños, como así indica la propia denominación de este teatrillo, que luego ampliaría género con dramas, comedias, funciones de títeres (La Tía Norica) y cante flamenco. Ninguno de los tres coliseos, anunciados en 1881, queda ya en pie. En 1887 el café-teatro La Infantil se publicitaba nuevamente en Diario de Cádiz:


Diario de Cádiz, 22 de febrero de 1887

En 1888, Chacón debutaba en el famoso Café del Burrero, en Sevilla, pero antes, lo hacía en Cádiz, en el Café del Correo, de las calles Cardenal Zapata y Rosario, en las noches de mayo. Obsérvese cómo el cronista ya le reconoce cierta fama y especialidad en malagueñas:


Diario de Cádiz, 9 de mayo de 1888

Su discografía incipiente ya suena en los locales de moda y en los salones aristocráticos en los que se programan audiciones fonográficas y los cantes flamencos se mezclan con tiples, barítonos, pianos y bandas de regimientos. Mayoritaria la música (tenida por) culta; y residual y "oculta" la tenida por popular. Dos ejemplos: el Salón Bettini y el Casino Gaditano, con generosas copas de ponche:


El Guadalete, 27 de junio de 1889
Diario de Cádiz, 12 de febrero de 1900



1914. Chacón en los catálogos fonográficos. Insólita imagen con peluquín

Carlos Martín, experto en grabaciones antiguas, dio a conocer en el Congreso Monográfico sobre "El Tío de la Tiza", una impresión fonográfica, realizada por Antonio Chacón para la casa Huguens y Acosta, con la guitarra de Miguel Borrull, en la que le dedicaba unas soleares a un destacado coleccionista de la época (11).










El pequeño Teatro Eslava, que estaba instalado en la calle Hospital de Mujeres, fue otro coliseo que conoció las actuaciones de Chacón (12):


El Orden, 29 de mayo de 1893



En 1902, en el Teatro Circo Gaditano, precioso coliseo que coronaba la Plaza de Jesús Nazareno, entre La Viña y El Balón y con el toque de Juan Gandulla Habichuela, Chacón encabeza cartel, según nos mostró Antonio Barberán. El tamaño de la grafía con la que el jerezano es anunciado respecto del elenco, ya denota su importancia artística:

Entre abril y mayo de 1903, Chacón vuelve a Cádiz y participa en distintos espectáculos que se programan en el Teatro Circo Gaditano. En aquellas funciones, Chacón compartió cartel con otras figuras de relieve: su gran competidor y coetáneo: Francisco Lema Fosforito; junto a otro gran jerezano de pro, más joven: Manuel Torre (anunciado como El Niño de Juan Torres y avalado como "aplaudido cantador de farrucas, -sic-"), Enrique Jiménez Hermosilla, hijo de Enrique el Mellizo; El Troni, El Niño de Ríos; los bailaores Antonio Ramírez, El Colorao, con las guitarras de Manuel Pérez el Pollo y de Manuel García el Pintor. El espectáculo se completaba con dos boleras, sobrinas ambas del famoso Teté: Francisca Jiménez y Juana Jiménez, así como con la participación de agrupaciones carnavalescas gaditanas, que fueron: "Los prestidigitadores", "Los gaiteros", "La muñeira", "Los bemoles" y "Los lilís". Ya mostramos algunas de estas actuaciones en su día, pero reiteramos las fotografías hemerógraficas y damos a conocer otras, para que el lector las tenga reunidas en este recorrido chaconiano por Cádiz:



Diario de Cádiz, 3 de abril de 1903
Diario de Cádiz, 4 de abril de 1903
Diario de Cádiz, 5 de abril de 1903
Diario de Cádiz, 6 de abril de 1903
Diario de Cádiz, 4 de mayo de 1903
Diario de Cádiz, 6 de mayo de 1903
Diario de Cádiz, 9 de mayo de 1903
Diario de Cádiz, 9 de mayo de 1903 (edición de tarde)
Diario de Cádiz, 10 de mayo de 1903
Diario de Cádiz, 10 de mayo de 1903
Diario de Cádiz, 11 de mayo de 1903

El 11 de mayo de 1903, Chacón retornó a Sevilla, ciudad en la que vivió durante muchos años y en la que se encontraba empadronado:


Diario de Cádiz, 11 de mayo de 1903 (edición de tarde)


Caricatura de Chacón de Luis Bagaría 
publicada en La Voz, 28 de junio de 1922




En marzo de 1904, acude Chacón a Cádiz a una reunión íntima, en compañía del tocaor Miguel Borrull, en la que participaron otros artistas locales, en esta ocasión no especificados:



Diario de Cádiz, 1 de marzo de 1904
Diario de Cádiz, 3 de marzo de 1904

Por estas fechas, años más arriba o abajo, debió suceder el pasaje que Pericón de Cádiz le narró a Ortiz Nuevo, en una noche veraniega, con La Parra la Bomba y la Casa de Viudas como protagonistas:

"(...) Y entonces lo escuché yo en Cádiz. Había allí un señor mu aficionao, un tal Diego Mateo, y este hombre que se metía en juerga y se tiraba tres o cuatro días de juerga tenía mucha pasión por Chacón, así que una de las veces que estaba en la Parra la Bomba le dio por llamarlo y mandó el recao a Madrid pa que vinieran a Cádiz él y Ramón Montoya, esto era por el verano, en el mes de agosto, y estaban allí los mejores artistas de Cádiz: El Morcilla, Antonio el Mellizo, El Troni, Antonia la Negra, una negra verdá, que cantaba y bailaba..., en fin, que había una buena porción de artistas, hasta que a eso de las diez de la noche un montañés avisó de que habían llegao Chacón y Montoya de Madrid: lo abrazos, las copas, en fin, esas cosas de los encuentros, y la juerga que sigue y sigue...


Y a eso de las tres de la noche, como hacía tanta calor allí dentro, decidieron de salir afuera, a unas mesas que pusieron en la terraza pa continuar la fiesta. Chacón hasta entonces no había cantao, una copa, otra copa... y ya Diego Mateo que le dice:

—Bueno, don Antonio, ¿le podemos escuchar a usté una vez?


—Eso está hecho, hombre...

Se sentó Montoya al lao de Chacón, las cuatro de la noche ya... en el verano... y este hombre cantando...


¡Oh, mare mía de mi alma! ¡Aquello era una locura!


Y me acuerdo que enfrente la Parra la Bomba había una casa que pillaba una manzana entera que le decían "La casa de la Viuda", porque nunca en esta casa se abrían las ventanas... y aquella noche, a las cuatro de la mañana, cuando cantó Chacón, las ventanas de par en par abiertas escuchando al hombre aquel, no se me olvida." (13)



Sevilla, 1912. Chacón, con el toque de Javier Molina en juerga con Bombita y Belmonte.
Foto: Mundo Gráfico

Meses más tarde, la prensa recogerá una actuación suya en el Teatro Principal de Sanlúcar de Barrameda (Cádiz), así como la vuelta a su ciudad de residencia:



El Guadalete, 4 de octubre de 1904
El Guadalete, 5 de octubre de 1904

Una de las actuaciones de mayor relevancia de don Antonio Chacón en Cádiz, se produjo el 21 de mayo de 1905 en el Teatro Cómico, un bello coliseo, de capacidad pequeña que estaba ubicado en la calle San Miguel. El teatro era propiedad de Rodolfo Olea, empresario gaditano, dueño de los afamados Naipes Olea, y se especializó en programar funciones de zarzuelas y opereta, aunque en ocasiones ofrecía espectáculos como el que nos ocupa (14). Se desprende del texto recogido en la prensa que la elección del coliseo fue un requerimiento del propio Chacón y es posible que así fuera por las buenas condiciones acústicas que ofrecía el inmueble, a pesar de su aforo reducido. Era el teatro preferido de las clases populares y dejó en la ciudad una huella imborrable en varias generaciones.


Foto: © Kiki


El Teatro Cómico, después Cine San Miguel, sin la cubierta y medio derruido.
Foto: Rafael Garófano

El edificio, reconvertido con los años en Cine San Miguel, fue derruido a inicios de la década de los años 90 (15). Bajo sus cimientos, El Cómico nos tenía reservado un hallazgo de enorme relevancia para la historia: un yacimiento arqueológico ejemplar, que ha asombrado a toda la comunidad científica del mundo, por tratarse del trazado urbano que se resistía a aparecer y a confirmar lo que, de forma apabullante, indicaban los abundantes textos clásicos: el Gadir fenicio con ocho viviendas (una de las cuales contiene un taller de alfarería y recipientes de tinte) distribuidas en dos terrazas y ubicadas en el trazado de dos calles pavimentadas. Todo, junto al cadáver de un fenicio, al que han apodado "Mattan", cuyo rostro ha sido reconstruido, a partir de las técnicas de la arqueóloga Caroline Wilkinson y ha sido sometido a pruebas pioneras de ADN. En el lugar de El Cómico se ha edificado el Teatro del títere La Tía Norica, bajo el cual, es posible visitar hoy el corazón de Gadir, preservado en cotas inferiores, de lo que fue promontorio de la isla fenicia de Erytheia.



Foto: La Voz digital

Volvamos a nuestro protagonista y al concierto programado para el Teatro Cómico. Chacón se encontraba en Cádiz y es la propia afición la que le demanda que actúe en un teatro, en lugar de hacerlo en las reuniones de carácter privado. Y él accede
:



Diario de Cádiz, 19 de mayo de 1905

El espectáculo está cargado de importancia y de significación. Queremos decir, que no es ninguna casualidad la elección que tiene el jerezano por los dos artistas que le acompañan en el escenario: al completar el cartel con los dos hijos varones de Enrique Mellizo, Antonio y Enrique.


Es preciso recordar que ya en el Teatro Eslava de la calle Hospital de Mujeres había cantado Chacón, hacia 1894, en agradecimiento a todo cuanto Enrique el Mellizo había hecho por él: recomendarlo y apadrinarlo. No dudó Chacón en devolverle el favor, cuando el Mellizo, preocupado por la posibilidad de que enrolasen a su hijo en la Guerra de Cuba o Filipinas —que estalló a los pocos años—, cantó desinteresadamente, y la recaudación sirvió íntegra para adquirir la exención a filas de Antonio el Mellizo. El propio Enrique el Mellizo también participó en dicho festival benéfico y legó una seguiriya histórica, basada en un estilo de Cádiz y los Puertos de Tomás el Nitri (16).



Preciosa fotografía: Chacón y el diestro Bombita



Indudablemente, la función del Teatro Cómico de Cádiz, está plagada de significados: don Antonio Chacón con Antonio Jiménez y Enrique Jiménez, los dos vástagos varones del patriarca de Santa María, que al año siguiente de este espectáculo, fallecería.

Manuel Pérez el Pollo fue el tocaor de los gaditanos. Repárese cómo el cronista denomina Hermosilla, indistintamente, a los dos hijos de Enrique, saltando el sobrenombre de uno a otro; y repárese también, cómo no había forma alguna en que el redactor se aprendiese de manera correcta el apellido Borrull, por Burrull, errata que persistirá varios días:



Diario de Cádiz, 20 de mayo de 1905

Diario de Cádiz anunció el concierto; incluso reprodujo el cartel con detalles pormenorizados, como, por ejemplo, el horario de los dos pases y los precios de las distintas localidades de El Cómico.


Y dale (que dale) con Burrull:

Diario de Cádiz, 20 de mayo de 1905


Diario de Cádiz, 21 de mayo de 1905

Y ésta fue la crónica de la función, con tres artistas de postín, el gran don Antonio Chacón con los Mellizos, transmisores de la escuela de su padre:



Diario de Cádiz, 22 de mayo de 1905
Diario de Cádiz, 23 de mayo de 1905


Manuel Pérez el Pollo
Manuel Pérez el Pollo fue uno de los tocaores predilectos del propio Enrique el Mellizo y, al decir, de Fernando Quiñones, el último acompañante que tuvo, incluso en su lecho de muerte (17). Fue un gran mantenedor de la Escuela guitarrística de Cádiz —de hecho, impartía clases diarias de guitarra en la calle Sacramento—, esa escuela que arranca del Maestro Patiño y de Paquirri Guanter, pasa por el Maestro Tapias, prosigue en Manolo El Pintor, continua en Juan Gandulla Habichuela, se prolonga con Juan Díaz y Baldomero Jiménez y cristaliza en José Capinetti y en El Niño de los Rizos...

A los pocos meses, Chacón se va de gira en otoño de 1905, llevándose de tocaor a El Pollo, para actuar en Tánger:



Diario de Cádiz, 14 de septiembre de 1905

No volvemos a tener noticias suyas hasta 1908, cuando Chacón en la Viña de San José —suponemos que en el contexto de la Feria de Jerez— actúa, acompañándose de Javier Molina, una vez más con mando en pla
za:



Diario de Cádiz, 8 de mayo de 1908

Poco después, será el Picadero de los Domecq, donde actúe en compañía de El Niño de la Isla:



Diario de Cádiz, 8 de mayo de 1908

Indudablemente, Chacón era el cantaor predilecto de las grandes personalidades; incluso de un tipo de aficionado que hoy día ya no existe y que, a pesar de su alto estatus social, eran enormes admiradores y profundos conocedores del arte flamenco. Esta "especie" compartía territorio, 'hábitat' y cuarto flamenco con el señorito, arrogante e irrespetuos
o:



El Guadalete, 15 de mayo de 1908

Una afección de garganta detiene momentáneamente la carrera de Antonio Chacón:



Diario de Cádiz, 1 de marzo de 1910


Chacón en uno de sus últimos retratos

Un 21 de enero de 1929: le sobrevino la muerte en Madrid, la última ciudad en la que residió y en donde terminó de fraguarse su leyenda
.



El Imparcial, 22 de enero de 1929


Madrid, enero de 1929. El féretro con los restos de don Antonio Chacón
a las puertas del teatro, en su último y multitudinario adiós

Su marcha dejó una gran consternación en toda España. La necrológica que publicó el periódico de Cádiz, El Noticiero Gaditano (18) con la firma anónima de "Un periodista", rememoraba con mucha fidelidad su trayectoria: el apoyo inicial dado por El Mellizo, sus comienzos en La Velada, el esplendor de aquellos cafés cantantes del Paseo del Peregil "de grata memoria para los que somos viejos" (escribiría el enigmático periodista), y un reconocimiento a su talla artística, con la plena certeza de estar despidiendo a una excepcional, primerísima figura, de esas que cada centuria, la historia arroja tan sólo un reducido número de veces:



El Noticiero Gaditano,
23 de enero de 1929
 Foto: www.jerezsiempre.com



Las opiniones y juicios sobre don Antonio Chacón son muy abundantes y, en general, coincidentes de su excepcionalidad. Para conocer a fondo su trayectoria, su obra y su vida, volvemos a remitir al trabajo biográfico mencionado. Cerremos este paseo chaconiano con la muestra de una opinión suficientemente autorizada: las palabras de Aurelio Sellés:

"Marcó una época. Fue un revolucionario del cante flamenco. Como maestro merecía la consideración y respeto de todo el que lo trataba y quizá por humana condición, se preciaban los brotes de vanidad de los que empiezan y de los que terminan, quedando todos eclipsados cuando intervenía Chacón, que, obligadamente tenía que hacerlo en último lugar, porque cantar después de él, equivalía a hablar después de Castelar o de don José María Pemán. (...) Don Antonio Chacón, fue durante muchos años dueño y señor del gran público, y por sus dotes personales mereció el honorífico Don, ganado por su prestigio y admiración." (19)


El tiempo traerá nuevas notas sobre él, y entonces, otro fardo se depositará en la orilla. Entretanto, disfrutemos sin juzgarlo con los parámetros sonoros y los patrones estéticos de cante actual:



— ANTONIO CHACÓN y PERICO EL DEL LUNAR.

Seguiriyas:





— ANTONIO CHACÓN Y PERICO EL DEL LUNAR.
Caracoles:



_________________________

(1) BLAS VEGA, JoséVida y cante de Don Antonio Chacón, Madrid: Editorial Cintero, 1990.

(2) Antonio Machado Demófilo calificó esta copla de "preciosa" y anotó, en 1881, un significado distinto para las voces 'gachí' y 'gachó': "Gachí y gachó; voces gitanas, que significan mujer y hombre. Los gitanos llaman también gachés a los andaluces." Véase: MACHADO Y ÁLVAREZ, AntonioColección de cantes flamencos, recogidos y anotados por Antonio Machado y Álvarez "Demófilo". Edición, introducción y notas de Enrique Baltanás, Sevilla: Portada Editorial, 1996 (pág. 101).

(3) Para conocer los cafés cantantes gaditanos, el ambiente y la cartelería de la época, a la que se refiere Chacón, véase nuestra entrada: Los cafés de Cádiz. De la discusión liberal al café cantante.

(4) El Liberal de Sevilla, 9 de julio de 1922.

(5) La Voz, 28 de junio de 1922.

(6) Ibídem.

(7) Ibídem.

(8) BLAS VEGA, José, Ibídem (pág. 257).

(9) El Liberal de Sevilla, 9 de julio de 1922.

(10) Nuevo Mundo, 13 de agosto de 1926. La entrevista íntegra puede consultarse en el blog Papeles flamencos de David Pérez: aquí.

(11) MARTÍN BALLESTER, Carlos, Origen y evolución del sonido grabado en España. Análisis de la obra del "Tío de la Tiza" desde la discografía antigua. (Pág.5).

(12) El Orden, 29 de mayo de 1893. Gentileza de Gregorio Valderrama.

(13) ORTIZ NUEVO José LuisLas mil y una historias de Pericón de  Cádiz, Madrid: Ediciones Demófilo, 1975 (Págs 251-252).

(14) VILA VALENCIA, Adolfo, Memorias del Teatro Cómico de Cádiz (1886-1932), Cádiz: El Autor, 1995.

(15) "Después de permanecer cerrado durante muchos años; las lluvias provocan importantes hundimientos en el edificio del antiguo Cine San Miguel; lo que lleva al Ayuntamiento a realizar urgentes medidas de seguridad, con el derribo de cubiertas y paramentos interiores". Véase GARÓFANO SÁNCHEZ, Rafael, Crónica social del cine en Cádiz, Cádiz: Quorum Editores, 1996 (pág. 202).

(16)                                Mira la vergüenza
                                     que me has hecho pasar
                                     de andar pidiendo limosnas de puerta en puerta
                                     por tu libertad.
      
BLAS VEGA, José, Ibídem (págs. 63 y 64). El testimonio oral del cantaor Pepe el de la Matrona, ya había confirmado este extremo: "Los Mellizos (se refiere Matrona a los dos hijos de Enrique) respetaban mucho a Chacón, porque le había dao un beneficio a Antonio de mil quinientas pesetas, pa que se librara de ir a la Guerra de Cuba y de Filipinas, que pagando mil quinientas pesetas se libraban, y por esto lo querían mucho y le llamaban padrino." Véase ORTIZ NUEVO, José Luis y NÚÑEZ MELÉNDEZ, José, Pepe el de la Matrona. Recuerdos de un cantaor sevillano, Madrid: Ediciones Demófilo, 1975 (pág. 51).

(17) "Contaba su tocaor, Manuel Pérez el Pollo, que el día de su muerte aún tuvo pasión y arrestos el agotado Enrique para pedirle, junto a la cama, un toque por malagueña, y para un final, improvisadas como tantas, que fue como su sentencioso, fatalista adiós a la vida:

                                       Ni la experiencia ni el tiempo
                                       a mí me sirven de ná
                                       Undebé a mí me tenía
                                       sujeto a su voluntad."

Véase, QUIÑONES CHOZAS, FernandoDe Cádiz y sus cantes. Llaves de una ciudad y un folklore milenarios, Sevilla: Fundación José Manuel Lara, 2005 (pág. 185).

(18) Mostrada en su día por Antonio Barberán en su blog Callejón del Duende.

(19) MORENO DELGADO, Manuel, Aurelio, su cante, su vida, Cádiz: Escelicer, 1964 (pág. 51).