Torero. Obra de Álvaro Reja |
El toreo y el flamenco han ido tan de la mano, que en la génesis de este último hay significativos nombres de oro (y grana). Grandes maestros cantaores y bailaores que compatibilizaron sus cualidades de cante y baile con las taurinas, sucediendo también a la inversa, en donde primeros espadas, atesoraron cante y compás a gran altura.
Al escritor hispano-argentino Anselmo González Climent debemos el primer estudio y el primer acercamiento sólido, con su obra, Andalucía en los toros, el cante y la danza. Pero sus méritos son mayores: los términos 'flamencólogo' y 'flamencología', hoy aceptados –no sin factibles disidentes, entre los cuales no me encuentro– se deben a su cuño y creación.
Descuella, asimismo, la monografía Toros y arte flamenco, perteneciente a Los Toros de Cossío.
El DEIF, por su parte, acuñó como voz propia, todo esta teoría y este fenómeno aglutinante, bajo el nombre de 'tauroflamencología'.
Torero tocando la guitarra. Obra de Emilio Sala |
Esta interacción tauroflamenca, fue mucho más evidente en el siglo XIX, en el que ambas manifestaciones estaban indisolublemente unidas y se dio de forma especial en la provincia de Cádiz, sobre todo en la capital, donde entroncaron dos dinastías que asombran: los Díaz y los Ortega —sin perder de vista, en este microcosmo tauroflamenco, a los Monge, Jiménez, Espeleta y Cantoral—, convirtiéndose ésta provincia en la que más casos aporta a la historiografía, con nombres bordados de toreros cantaores y flamencos taurinos, indistintamente, como: Tío José El Granaíno, Manuel Díaz Cantoral Lavi, El Muerto, Juan de Dios, Enrique el Mellizo, Manuel Hermosilla, los hermanos Juan y José Gallardo, El Pollo Rubio, Juan Luis de la Rosa, Paco de Oro, Enrique Ortega Díaz El Gordo, José Giménez El Moreno de Rota, Vicente Vives El Colorao, José Ortega El Águila, Antonio Muñoz El Enano, El Estampío, Manuel Ortega Caracol el del Bulto, Aurelio Sellés, Antonio El Flecha, Agustín Fernández El Melu...
En el caso de Sevilla, la segunda provincia con mayor aporte, destacan: Silverio Franconetti, Enrique Santos El Tortero, Manuel Centeno, Juan Belmonte, Enrique Ortega El Almendro, Joaquín Rodríguez Cagancho, Miguel Niño El Bengala, Gitanillo de Triana... (1)
José Cándido en la suerte del puñal. Lámina de La Lidia |
Cogida de José Cándido (Cádiz), en 1771, en El Puerto de Santa María. Primera figura víctima conocida del toreo profesional (Guillermo Boto) |
La relación entre toros y cante no se circunscribe sólo a lo anterior, sino que el propio corpus de coplas está plagado de sucesos taurinos, la mayoría históricos, como la muerte del espada de Cádiz, José Cándido en el coso de El Puerto de Santa María, suceso que se remonta a 1771 y que quedara inmortalizado en el canto primitivo de una toná, recogida por Demófilo:
En el Puerto (de Santa María)
murió el Cándido
y allí remató su fin.
Lo mató un torito de Bornos
por librar a Juaquilín
Y al otro día siguiente
salieron tos los toreros
vestíos de negro luto
por la muerte e su maestro.
José Cándido Expóxito (Cádiz, 30 de noviembre de 1734-El Puerto de Santa María, 1771) |
O esta seguiriya trianera del repertorio de los Caganchos:
A un torito en plaza
no le temo yo tanto
como le temo a una malina lengua
y a un testigo falso.
Otro suceso, acaecido en un coso de Cádiz, el 19 de marzo de 1814, también traspasó al acervo flamenco y hoy se interpreta como una cantiña: la cogida del Marqués de Torrecuellar, en un festejo en donde también torearon Curro Guillén y El Sombrerero:
Mañanita de San Juan,
un torito de Cabrera
le hizo bailar la matraca
al Marqués de Torrecuellar. (2)
La siguiente seguiriya está atribuida a Tomás el Nitri cuando en 1872 llegó a Cádiz la noticia de la muerte de José María Ponce, espada que estaba casado con Cristina Ortega, hermana de los célebres Cucos:
Pobresito Ponce
que en Lima murió.
Cómo murió llamando a Cristina
murió y no la vio.
En el estudio del Padre del folclore, escrito en el año 1881, Demófilo ofreció un listado, a modo de apéndice, a partir de la información oral que le proporcionó un cantaor jerezano (Juanelo) (3).
Antonio Machado Álvarez Demófilo |
Demófilo no proporcionó ningún dato más sobre estas dos figuras. Sólo el escueto nombre, en un caso, de Manuel José, y en otro, el sobrenombre de El Muerto y la contextualización de su época, situándolos a ambos, coetáneos de El Fillo.
En la obra magna de dos tomos del DEIF de Blas Vega y Ríos Ruiz, tan sólo se nos dice de ellos:
"MANUEL JOSÉ. Cádiz, siglo XIX. Cantaor. La única referencia fidedigna que de él se conoce, se le debe a Demófilo que lo reseña en su obra 'Colección de cantes flamencos', aparecida en 1881". (4)
"MUERTO, ÉL. Cádiz, siglo XIX. Cantaor. Demófilo lo incluye en la relación de cantaores insertada en su libro 'Colección de cantes flamencos', editado en 1881, sin que se conozcan más datos en torno a su existencia, ni de su repertorio estilístico". (5)
Llegados a este punto, conviene recordar que debemos al especialista en toros, Guillermo Boto, la identificación de este cantaor en su obra, Cádiz, origen del toreo a pie (1661-1858), advirtiéndonos, además, que Demófilo, —seguramente producto de su información oral— efectuó "dos en uno", es decir, que reseñó dos cantaores, cuando en realidad se trataba tan sólo de uno (6): MANUEL JOSÉ PERALTA, apodado EL MUERTO, banderillero, nacido en Cádiz a finales del siglo XVIII, que en la década de los 20 de la centuria siguiente, figuraría en distintas cuadrillas, compartiendo gloria y albero con toda la gitanería tauroflamenca del barrio de Santa María.
Acuatinta, aguafuerte de Francisco de Goya. La valentía de Martincho |
No acaba aquí la aportación flamenca de Boto Arnau, pues a él también debemos la localización de las actuaciones de Antonio Monge, El Planeta en 1826, interpretando en distintos teatros de Cádiz, cuatro variedades de Polo: el de Cádiz; el de Ronda; el de Tobalo y el de Jerez (7).
Torero citando. Obra de Manolo Morgado |
Disfrutemos del fardo. Ha llegado con la arribazón de la algas que presagian el veranillo del membrillo. Veamos la corrida gaditana de la Plaza del Balón, en el año 1829, que hemos podido colectar del Diario Mercantil de Cádiz:
"PLAZA DEL BALÓN.- En celebridad de la gracia que la piedad del Rey N. S. ha concedido a esta ciudad, se verificará hoy un divertido capeo de cinco becerros herales embolados, siendo dos de D. Francisco Santa María, de S. Juan del Puerto, y los tres restantes de D. Francisco Jiménez Tenorio, de Sanlúcar.= Serán picados por Gaspar Díaz y José Díaz (a) Mosquita, y banderilleados por José Labi, Manuel Peralta (a) el Muerto, Baltazar Gutiérrez (a) el Zapatero, todos à la dirección de Juan Jorge (a) Juaniquí.= A las 4 1/2" (8)
Diario Mercantil, 1 de marzo de 1829 |
José Monge Cruz Camarón, con el traje de luces |
Curro Romero cantando, ante las atentas miradas de El Beni de Cádiz y El Pescaílla |
Camarón de la Isla |
Manuel Mancheño El Turronero |
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Fernando Quiñones en una capea en El Bosque (Cádiz). Foto: Fundación Fernando Quiñones |
Genio y figura. Fernando Quiñones despidiéndose de Reader´s Digest. Foto: Fundación Fernando Quiñones |
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(1) BLAS VEGA, José, El flamenco y los toros, en Historia del flamenco siglo XXI (Volumen dirigido por Cristina Cruces Roldán), Págs. 475-501.
(2) El Diario Patriótico de Cádiz, 22 de marzo de 1814 (localizado por Guillermo Boto).
(3) MACHADO Y ÁLVAREZ, Antonio, Colección de cantes flamencos, recogidos y anotados por Antonio Machado y Álvarez "Demófilo". Edición, introducción y notas de Enrique Baltanás, Sevilla: Portada Editorial, 1996.
(4) BLAS VEGA, José y RÍOS RUIZ, Manuel, Diccionario Enciclopédico Ilustrado del Flamenco Tomo II, Madrid: Cinterco, 1988 (Pág. 453).
(5) Ibídem, Pág. 521.
(6) "Su nombre era Manuel José Peralta, apodado El Muerto, y fue uno de los primeros cantaores de flamenco gaditano. Al igual que Juan de Dios, aparece citado en la relación que Juanelo hizo al padre de los Machado, Demófilo, de los cantaores antiguos que conoció. Su nombre lo desdobló en dos personajes el famoso precursor de los estudios de folklore, arrastrando en el desdoble a Fernando Quiñones. Con Monge, el Muerto, Juan de Dios. los Díaz, los Ortega y Tío José el Granaíno, vecino y quizás nacido como todos los anteriores en el barrio de Santa María se inicia una íntima relación histórica entre el toreo y el flamenco". BOTO ARNAU, Guillermo, Cádiz, origen del toreo a pie (1661-1858), Puerto Real (Cádiz): Ingrasa Artes Gráficas, 2002 (Pág. 273). Junto a Guillermo Boto, es preceptivo y de justicia, por sus trabajos y dedicación a la investigación del Cádiz taurino, reseñar la figura de Curro Orgambides.
(7) Ibídem, Pág. 224.
(8) Obsérvese el aviso que daba la gerencia del Teatro Principal de Cádiz, tras anunciar la ópera del maestro Rossini, "para los señores que gusten conservar sus localidades para los días de Carnaval".
Señor Osuna, una bonita entrada de toreo y flamenco y lo que más me gusta son las fotos, aunque yo de toreo no entiendo nada, aunque se que las dos cosas siempre van hermanadad, pero prefiero el flamenco, yo le tengo mucho miedo a los bichos con cuernos mira si tengo miedo que no como ni rabo del toro en salsa, pero me ha gustado mucho esta entrada y tambien las otras. Un saludo Paco de Cái
ResponderEliminarGracias Paco. Siempre tan amable. Yo tampoco controlo el mundo de los toros, ni he ido nunca a una corrida, pero reconozco que desde el punto de vista historiográfico y cultural, toros y flamencos comparten territorio. Te conviaré a caracoles. Un abrazo.
EliminarBuena cosa ha hecho convidarme a caracoles, me como una olla y las cabrillas tambien, pero lo dice porque ya ha pasado la temporada, pero no me olvido para mayo del 2014 te doy un toque, pero acompañando con tinto y pan de Riancho.
EliminarComprometido y escrito queda.
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